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¿Te dejarías una herida sin curar?

Actualizado: 21 ene




Cuando nos hacemos una herida profunda y no la atendemos, nuestro cuerpo, si está bien nutrido y descansado y la herida no es muy compleja, quizá podrá curarla con el tiempo.  Pero mientras la herida se está curando, es muy probable que instintivamente nos comportemos protegiendo la herida.

Pero si no estamos nutridos o no podemos descansar, al cuerpo se le hará más difícil curarla solo.  Puede que nos hayamos herido en un ambiente contaminado y necesitamos lavarla bien y desinfectarla para que pueda sanar, lo cual sabemos dolerá mucho.  Quizá necesitamos removernos del ambiente contaminado para que pueda curarse, pero si por alguna razón no podemos salir de la contaminación, o no sabemos que estamos en un ambiente contaminado, solo vamos a poder proteger la herida y tratar de evitar más dolor.


Mientras la herida esté abierta, consciente o inconscientemente nos movemos protegiéndonos para evitar agravar el dolor.  Si la herida tarda mucho tiempo en curarse, esos movimientos se van a convertir en parte de nuestros hábitos y muchas veces aunque ya haya cicatrizado la herida seguiremos usando esos mismos movimientos, y pensamos que son partes de nuestro ser.  Inconscientemente tenemos la creencia que si no nos movemos de esa manera vamos a sufrir mucho.


Hay que tomar en cuenta que además mientras la herida no esté curada, toda nuestra vida va a girar alrededor de evitar agravar el dolor que nos causa la herida.


Es lo mismo con las heridas emocionales, cuando estamos lastimados aprendemos a comportarnos y desarrollamos creencias que nos ayudan a protegernos y a sobrevivir el dolor.  De la misma forma, a veces nuestras heridas emocionales se hacen en un ambiente que no es saludable, pero no podemos salir de ese ambiente y aprendemos a sobrellevar las situaciones con estrategias que nos ayudan a evitar agravar nuestro dolor.  Desarrollamos creencias y comportamientos con las cuales aprendemos a sobrevivir e inconscientemente pensamos que sin estas creencias no vamos a sobrevivir, que sin estas creencias no somos.


Sin embargo llega un momento en que las creencias y comportamientos que al inicio nos ayudaron, se convierten en tóxicos para nosotros mismos. Se ven como perfeccionismo, victimismo, machismo, desconfianza, vergüenza, inseguridad, ansiedad, insomnio, y en enfermedades del cuerpo, por mencionar algunas.


Al igual que hacemos con nuestras heridas visibles, necesitamos atender nuestros traumas emocionales.  Empezamos por hacer consciente que algo no está bien, y el dolor es nuestra guía, al igual que con las heridas del cuerpo.  Es atendiendo al dolor, poniéndole atención que vamos a sanar.




 
 
 

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